Querido diaríi.
Escribo desde el ipad que un ipad que me han dejado, ya que estoy en la playa y me tengo que bañar por 5 horas seguidas
Resulta que ayer, después de la entrevista con Barroso, me comencé a sentir muy mal. Me sentía así, porque finalmente no hice lo me decía mi corazón que haga: decirle a él y a todos los españoles, que estoy totalmente enamorado de José Benito Suárez y que no quiero que si vamos a Rusia, a pasear juntos, nos digan cosas. Ya sé que lo había hablado con José y que él no lo veía bien, ni como un gesto de amor, pero yo sentía que era mi obligación hacerlo y… no lo hice, soy cobarde.
A partir de ahí, comencé a sentir mucha culpa y mientras lloraba, me llamó Margallo, que me da miedo, y me dijo que envío a Cospedal a Gibraltar.
- Hola maricón
- Hola, Margallo ¿Qué pasa? No me digas más maric…
- ¡Calla!
- Perdón. ¿Qué tal va Gibraltar?
- Irá ella, que es más hombre que tú.
- ¿Qué? ¿Quién? ¿A dónde?
- Irá Cospedal a clavar la bandera española y a representarnos. ¡Ya ves por donde vamos! Y de que lado estamos… maricón
Y colgó el teléfono.
Me largué a llorar sin parar. Me sentía muy solo y perdido, y decidí buscar por internet alguna bruja aquí en Galicia. Alguien que me haga algún conjuro para ayudarme a sentirme mejor y sacarme esta mala racha. Busqué bastante rato en internet y encontré una que parecía bastante potente
Llamé Gladys Popa y la fui visitar a las 23h, en un pueblo de interior. No quiero contar lo que paso allí dentro porque me pidió que no lo haga y que quedase entre nosotros. Le di el sobre con su dinero y me marché.
Me sugirió que saque de mi vida a Wert. “veo el diablo en sus ojos” . Le dije que no era tan fácil, que lo intentaría pero que qué más podía hacer.
Me explicó, que para terminar el conjuro, debía meterme en el agua el día de hoy, esta mañana y estar 5 horas dejándome “limpiar” y “llevar” por las corrientes marinas, las olas oceánicas y el dios del agua.
Yo no le entendí muy bien, pero aquí sigo, ya cansado escribiendo desde el ipad, con el agua hasta el cuello, y sin parar de mover las piernas para no ahogarme.
Tengo mucho miedo nuevamente, el mar, está muy revuelto.
Si muero, decidle a José, que lo quise como a nadie y a Elvira que…
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