Querido diario,
Ayer a las 19h se despertó Soraya con un resaca infernal.
Le hice una manzanilla, y le pedí a Elvira que nos deje solos. Me conto acerca de su noche e intente entender esta vida alocada y divertida; le di consejos acerca de un lio que tiene con una chica y un chico y, por ser flexible, le deje poner unas gotitas de ron en la manzanilla.
Cuando ya estaba más centrada, le expliqué que teníamos que trabajar un poco y que necesitaba que me ayude con la declaración que haré en el congreso esta semana.
Comenzó a ponerse nerviosa y a llevarme la contraria en todo. Me hacía sentir tonto y se reía de mi. Ya con la botella de ron de la mano, comenzó
-¡Apunta, Marianito, apunta! «Soy corto, y no me di ni cuenta que me daban un sobre. Pensé que eran para colorear. Bárcenas y yo solíamos pintar gaviotas en el mar cuando éramos pequeños, y ahora, solo las estamos matando» y después de eso lloras
Y reía Soraya carcajadas… y continuaba
– «Por esto, y mucho más, dejo mi cargo a Soraya» – Ahí levantarás las manos y comenzarás a animar al público: los de UPyD te seguirán, que ya lo he hablado – «Soraya, la más joven y bella; la primera presidenta de España»
Y apareceré yo con un abrigo de zorro blanco.
En este momento, le recordé que era verano y que tendría calor. Pateó la mesa, me insultó y se fue llorando al lavabo con la botella de ron.
Después de 5 minutos salió de nuevo, bastante más animada y me dijo que se iba, que tenía una fiesta, y tiró todos los jarrones de la entrada de casa.
– Hasta luego, presidente
Se fue y me dejo solo. Creo, que no quiere ser mi amiga. Estoy triste de nuevo.